¿Cómo funciona?

     El funcionamiento de nuestro cuerpo está directamente afectado por el modo en que lo usamos. Si utilizamos un formón como si fuese un destornillador, corremos el riesgo de romperlo, impidiendo que sea utilizado para lo que fue creado. Si lo usamos para la función que para la que ha sido creado, le daremos su máxima utilidad. Lo mismo sucede con nosotros mismos. El cuerpo sólo funciona al máximo de su capacidad si reaprendemos a usarlo correctamente.

 

       Andar, levantar peso, usar un ordenador o sentarnos y levantarnos de una silla, son demandas diarias que requerimos a nuestro cuerpo. La herramienta principal para estas actividades es uno mismo, y el precursor de tales acciones es aprender a cómo usarnos a nosotros mismos. La Técnica Alexander te ayuda a ser consciente del uso de ti mismo mientras actúas ante cualquier actividad de tu día a día utilizando la cantidad de tensión muscular adecuada para cada actividad.